Elegir a Clara es votar por la Paz
Por: Ángela María Robledo /Representante a la Cámara
He conocido a Clara López en estos años de trabajo parlamentario y comparto sus ideales de avanzar en una salida política negociada al largo conflicto que nos avergüenza. Comparto también su apuesta para erradicar el hambre y la pobreza en Bogotá y fortalecer lo público como una manera democrática de redistribución.
Sé de su trayectoria, de sus sueños como mujer y lideresa y estoy segura que llegó el tiempo para las mujeres. Sólo una mujer como ella puede abanderar los destinos de nuestra ciudad sin hipotecar los avances en justicia social, la protección de la vida y las apuestas ambientales que avanzan en Bogotá y que la convertirán en el referente del postconflicto en Colombia.
Necesitamos del liderazgo de Clara López en la atención a las víctimas del conflicto y sus familias que todos los días migran a Bogotá en la búsqueda de las oportunidades que les son esquivas en la Colombia profunda
Las mujeres siempre hemos trabajado para que los hombres accedan al poder. Es tiempo de que las mujeres elijamos a una de nosotras para hacer lo que sabemos hacer y que poco se nos reconoce en lo público y en lo privado: poner la casa en orden y sacar adelante un proyecto colectivo, incluyente y democrático de ciudad.
Coincido con Clara en la defensa de la paz, la protección de la vida, el fortalecimiento de la salud y la educación como derechos y no como mercancías y la defensa de lo público como bien colectivo que aporta a la democracia y a la paz.
Comparto su apuesta por los derechos de las mujeres y la promoción de un gabinete y un gobierno con equidad: 50% de mujeres capaces, nos garantizarán mayor transparencia y efectividad en las propuestas que necesita Bogotá, sumado al fortalecimiento de la Veeduría Distrital.
Me gusta la idea de profundizar y ampliar las políticas educativas como derechos, con gratuidad, calidad y en condiciones dignas, como la jornada única para niños y jóvenes, la universidad nocturna y mejores condiciones para profesores. Sin duda la educación es el camino. No es posible construir paz con pobreza y exclusión.
Las mujeres hemos hecho las revoluciones más importantes de los últimos tiempos sin derramar una sola gota de sangre, sin armas. Nuestra vida misma es una constante lucha por mejorar nuestras familias, nuestro barrio, nuestra comunidad, nuestra localidad. Bien lo decía Gabriel García Márquez que los hombres ya perdieron su oportunidad sobre la tierra. Nos toca ahora a las mujeres con nuestra capacidad transformadora, con nuestra fuerza vital y serena, revelarnos y arrebatarles a los hombres esta posibilidad de gobernar en Bogotá y ojalá en el mundo.
Invito a todas las mujeres, a los hombres solidarios y a los jóvenes alternativos para que saquemos adelante una alcaldía de las mujeres con Clara López a la cabeza. Este, es nuestro tiempo, esta será nuestra victoria.