Intervención de Angela Robledo durante evento «Mujeres del mundo, embarcándonos por la Paz»
LA PAZ NO SE DECRETA, SE CONSTRUYE
Bogotá, agosto 11 de 2011. Congreso de la República
Conmueve y da fuerza este escenario: mujeres diversas, de todas las edades, de muchas regiones del país y del mundo cargadas de vitalidad, comprometidas con la paz y la solidaridad. Bien-venidas a este escenario donde todos los días las mujeres tenemos que dar la pelea en minoría sobre temas que transforman una sociedad y que no obedecen a los intereses del patriarcado. Ustedes son expresión de que construir democracia es posible, democracia diversa, incluyente, vital, deliberante, una democracia fundada en una revolución no guerrera de las mujeres que busca cuidar la vida. La utopía es que nuestras democracias siguieran estas prácticas.
No soportamos más una demagogia sobre la guerra, necesitamos una pedagogía de la paz, con condiciones que faciliten procesos de paz para el país, no que la entraben, la tranquen y favorezcan a unos pocos. Porque la paz no es únicamente la ausencia de conflicto, necesitamos políticas públicas capaces de disminuir las brechas de inequidad y exclusión que han vivido históricamente las mujeres.
Mujeres, durante los últimos ocho años se intensificó una “ética” guerrerista del todo vale, donde no importaban los medios para llegar a ciertos fines. Necesitamos una “ética” del cuidado. Un proyecto donde no primen los guerreros, sino ciudadanas dialogando y explicitando sus intereses. Mujeres, gritemos a todo pulmón, ¡NO MÁS! No queremos seguir pagando una guerra que no es nuestra.
Para lograr la paz es necesario promover el rechazo social y la censura moral al uso de la violencia, en particular en las prácticas políticas. La paz se construye, no se decreta para lo cual resulta necesario fortalecer la justicia, atender y dar mayor participación a los problemas regionales, fomentar la participación ciudadana y promover una profunda transformación cultural hacia la legalidad y la inclusión.
Para lograr la paz las mujeres somos determinantes. No es una exageración, nosotras no hemos conocido la paz, este es un país en guerra donde las apuestas de paz más importantes las hemos dado las mujeres, desde nuestras condiciones de sobrevivientes, de agentes sociales que transformamos el dolor y la indignación en un motor de transformación social y de compromiso político. Invito a acompañar a las mujeres comprometidas en proceso de paz, acompañar a los movimientos de resistencia a la guerra. Sabemos de resistencia y necesitamos compromiso político para generar esa revolución serena que lleve a la paz y que la única guerra posible sea frente a la exclusión. Mujeres presionando por la paz.
Es tiempo de sentir indignación frente a los miles de muertos a lo largo y ancho de esta adolorida Colombia. Son nuestros muertos, son también colombianos y colombianas.
Un abrazo enorme para todas!