Rodeemos a l@s jóvenes con educación, oportunidades y justicia
Medellín es la capital con más homicidios del país. Buscar endurecer las penas preocupa pues habría que modificar el Código de Infancia y Adolescencia, dado que ni el Estado ni la sociedad se han comprometido con la aplicación de la responsabilidad penal adolescente.
Hay que desmantelar las bandas paramilitares. No más bandazos en la política criminal: del incremento de penas pasamos a la rebaja por colaboración y el principio de oportunidad.
Pensemos otro modelo. ¿Hay que aplicar la ley sólo por las malas? Complementemos con pedagogía, regulación social y apoyo a expresiones culturales. Construyamos seguridad sostenible; formemos ciudadanía y cultura de la legalidad.
Comprendamos a los adolescentes, particularmente aquellos que viven en pobreza (50%), con limitaciones de cobertura y calidad de la educación, con poco reconocimiento de su valor como seres humanos únicos e irrepetibles. La pérdida del sentido de la vida no se resuelve exclusivamente aumentando el pie de fuerza.