Paz en nuestras fronteras
En política una semana es una eternidad. Y en ninguna parte parece ser esto más cierto que en Colombia. Bastaron pocas horas para solucionar las diferencias entre Colombia y Venezuela, que hace unas semanas parecían acercarse al abismo de una confrontación armada. Las lecciones del pasado enseñan que habrá lugar a nuevos desencuentros. Los procesos políticos de nuestros países han avanzado por sendas divergentes. Y han abundado las suspicacias sobre las intenciones de gobiernos ubicados en orillas ideológicas opuestas.
Esto no significa que no haya lugar al optimismo. La Paz y la cooperación entre Naciones son posibles y a ello le apuntamos los Verdes. Una política de Estado, y no de gobierno, basada en el respeto al Derecho Internacional, garantizará que las diferencias sean tramitadas por la vía del diálogo. Así lo propuso Mockus, con muy poca comprensión por parte de la ciudadanía. Y así parece entenderlo, con pragmatismo, el gobierno Santos.