Carta abierta a John Sudarsky

Bogotá, octubre 8 de 2013

Senador
John Sudarsky
Congreso de la República
La Ciudad
 
Afectuoso saludo,
 
Querido John, hemos recorrido juntos una vida política colmada de sueños y esperanzas de que en Colombia se podrá vivir la vida como algo sagrado y supremo, si todos ponemos. Compartimos también, la convicción que con “educación todo se puede”. Si recuerdas, nos conocimos en la campaña de Antanas Mockus a la alcaldía de Bogotá, en el año de 1999, época en la que nuestras discusiones giraban alrededor de un programa que pudiera incidir en la cultura ciudadana de bogotanos y bogotanas. 
 
Fue un tiempo de construcción colectiva con amigos y amigas comunes como Rocío Londoño, Carlos Augusto Hernández, José Fernando Isaza, Carmenza Saldías, Liliana Caballero, Luis Fernando Ramírez y por supuesto Antanas, en la que la discusión, los argumentos, los acuerdos y las reglas compartidas, hacían de esta experiencia una apuesta política y pedagógica en la que juntos crecimos y aprendimos. 
 
Reconozco en ti un talante innovador que ha logrado combinar de manera audaz al político, al empresario y al académico, comprometido con una transformación democrática a través del cambio en el sistema electoral que permita superar el clientelismo y la corrupción.
 
Considero legítima tu aspiración actual. No obstante y en razón del momento histórico y político que implica la configuración de la Alianza Verde, que juntos apoyamos y que defendiste con vehemencia en el pasado Congreso Nacional del Partido, no veo oportuno respaldar aspiraciones hasta tanto no queden formalizados los acuerdos al interior de la Dirección Nacional y se haga público el mecanismo que permitirá elegir el candidato o candidata presidencial, como quedó establecido en el Congreso. Esas son las reglas de juego pactadas y tal como aprendimos con Antanas, las reglas formales e informales hay que respetarlas. 
 
Independientemente del tipo de la consulta que se establezca, estamos ante una oportunidad real de poder y ante un proyecto de mediano y largo aliento, tenemos hoy la responsabilidad histórica de sacar adelante esta alianza y hacer de la política una obra de arte, alejarla del todo vale, de la politiquería, de los personalismos y de amiguismos. Es un momento para la transformación, para construir un ejercicio democrático que nos lleve a aportarle al país la fuerza que necesita para la paz y el posconflicto, para transitar del dolor a la dignidad, para la reconciliación, para el cierre de las brechas sociales y la pobreza, para derrotar la desigualdad y para pensar en un planeta más sostenible.
 
Con un abrazo,
Ángela Robledo

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