Constancia sobre violencia sexual contra las mujeres
Constancia presentada ante el Congreso de la República el 27 de julio de 2011.
Lo que es con ellas, es con todas las colombianas y todos los colombianos. Ni una sola voz, ni un solo oído pueden ser indiferentes e indolentes.
No puedo dejar de hacer pública esta constancia.
La degradación del conflicto armado interno, que no cesa, ha convertido los cuerpos de nuestras mujeres en territorio de guerra, a través de la violencia sexual ejercida contra ellas por los actores armados ilegales. Esto es grave. Pero más grave aún es un acto de deshumanización. Los cuerpos de las mujeres en el marco del conflicto armado son territorios y botines de guerra. Éste es un intolerable moral, político y cultural.
La información disponible para el año 2008 señala que de las 149.417 mujeres desplazadas alrededor de 24.000 fueron víctimas de violencia sexual. Es decir, estas mujeres son víctimas de un doble crimen de lesa humanidad: desplazamiento y violación.
Ésta no es sólo una constancia, es un llamado y una denuncia, hoy, día en que muchas voces se unieron a favor de una causa: la independencia de Colombia; es un llamado a que todas y todos los colombianos nos unamos para solidarizarnos con estas víctimas. Invito a que el cuerpo de las mujeres pase de ser un territorio de guerra a un territorio de paz. Esta invitación la hemos hecho en repetidas ocasiones con el Representante Iván Cépeda.
La institucionalidad no ayuda, es débil, según el viceministro Iragorri no hay datos al respecto desde el 2005, se subestima este delito, no se reconoce y está olvidado. Debemos comprometernos con recursos y políticas públicas, a cumplir con las normas nacionales e internacionales de garantía y protección de los derechos humanos de las mujeres víctimas de este crimen de lesa humanidad. Promovamos políticas públicas coordinadas entre las instituciones del Estado y la ciudadanía para que este intolerable no se repita. La guerra del todo vale debe acabar. Así como han existido muchos gritos de NO MÁS frente a asuntos de la guerra, este fenómeno amerita un NO MÁS a todo pulmón de muchas voces y de todos los sectores de la sociedad.
A diario víctimas, líderes, periodistas y organizaciones sociales y de derechos humanos nos increpan con dolorosos testimonios, historias de vida, cifras, datos que nos estremecen. He visto de frente a las mujeres que con valor y en contra de las amenazas a su vida e integridad cuentan cómo todos los actores del conflicto las abusan y las violan como una estrategia para humillar al enemigo, controlar los territorios y despojarlas de las tierras.
Algo grave está pasando en nuestra sociedad cuando hemos permanecido tantos años con los ojos y los oídos cerrados frente a la guerra y al sufrimiento y muerte de sus víctimas.
Es preocupante la participación de agentes del Estado y de la fuerza pública en actos de violación sexual de mujeres. La mayoría de violaciones sexuales en el marco del conflicto armado son perpetrados por agentes del Estado. ¡No más acciones ilegales en el Estado colombiano!
Amnistía Internacional señaló que a pesar de los innegables logros que en materia de seguridad produjo la estrategia de de Seguridad Democrática, en medio del recrudecimiento de la guerra la población civil quedó más vulnerable y expuesta a las violaciones de derechos humanos por la presión y la represión de uno y otro bando. ¿Cómo nos van a garantizar que en el batallón de alta montaña de Toribio no van a replicarse estas acciones? La historia y las robustas evidencias no son muy alentadoras de cara a este tipo de intervenciones militares.
A cuenta de las denuncias e investigaciones lideradas por las organizaciones de mujeres y defensor@s de derechos humanos, las lideresas están siendo amenazad@s de muerte por grupos de autodefensa. Tal como ha ocurrido a lo largo de la historia las mujeres son el eslabón más débil de una cadena que alimenta el patriarcado y que las convierte en el chivo expiatorio de la guerra y sus guerreros.
Muchas voces se han alzado para denunciar esta situación: Angélica Bello, Viviana Ortíz, Olga Castillo, Ruby Castaño, María Eugenia Cruz, Piedad Córdoba, Pilar Rueda, Lorena Guerra, Nini Johana Gonzalez, Luisa Fernanda Bello, Ana Jimena Bautista, Luz Marina Becerra, Yohana Sánchez, Irma Tulia, Yovana Saénz, Lorena Guerra, Claudia Mejía, Alfonso Castillo, Daniel Rendón, Eliécer Chávez, Rosaliano Riascos, Jesús Mario Corrales, Fernando Montoya, Luis Fernando Gil e Iván Cepeda.
Y las organizaciones Crear, Arco Iris, Comité Departamental de Derechos Humanos, Fundación Social, Sisma Mujer, Red de Empoderamiento, Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo, Fundepaz, Casa de la Mujer, Ruta Pacífica de las Mujeres, Fundhefem, Codhes, Fundemud, Movice, Pnud, Acnur, Escuela de los pastos, Fundación Nuevo Amanecer, Afromupaz, entre muchas otras.
Sumemos también nuestras voces para rechazar este crimen de lesa humanidad. ¡Gritemos, actuemos y exijamos un NO MAS!