Mujeres a volar por la Paz

8 de marzo Día Internacional de los Derechos de las Mujeres

“Las mujeres habrán desterrado el miedo de las casas y de la ciudad. Será la derrota de la guerra para aplazar la muerte, hasta que llegue de manera natural. Entonces la ciudad será de nuevo segura para que la vida pueda volver a reinar”. Victoria Sendón de León

En Colombia las mujeres somos 51% de la población es decir, casi 24 millones de personas que tenemos que seguir insistiendo desde nuestra vida cotidiana y sobre todo desde nuestra condición de lideresas políticas, sociales y comunitarias, que la Paz es urgente y necesaria para erradicar las múltiples inequidades de esta sociedad que recaen con mayor fuerza en las mujeres.  

Durante 2011 fueron asesinadas 1.415 mujeres en Colombia, el 89% de los casos de violencia contra las parejas los sufren las mujeres.  Una de cada tres mujeres (39%) ha sido agredida físicamente por su pareja o ex pareja. No hay que olvidar que de 2011 a 2012 la violencia sexual contra las mujeres aumentó en un 10%. 

Medio millón de mujeres (489.687) han sido víctimas directas de violencia sexual en el marco del conflicto armado, este dato tiene corte en 2009. En estos tres años con certeza la cifra ha aumentado a más de medio millón. De los múltiples datos que se tienen sobre desplazamiento (entre 3 y 5 millones de personas) está demostrado que más de la mitad 53% son mujeres.  

Ni hablar de los indicadores sociales: 

  • La tasa de desempleo sigue siendo casi del doble entre mujeres y hombres (1,7 veces más).
  • En total, las mujeres ganan un 54% menos que los hombres. Estamos entre los 35 países peor ubicados en  términos de igualdad salarial . Ocupamos el lugar 33 entre 131 países (Foro Económico Mundial). A su vez, los hombres, con cargos iguales al de las mujeres, ganan un 25% más que las mujeres
  • 72% de los hombres ha trabajado de manera remunerada, mientras que sólo el 43% de mujeres ha tenido este mismo tipo de trabajo. Frente a la actividad no remunerada la proporción se invierte: Del 100% de mujeres, el 90% de las mujeres ha trabajado de manera no remunerada y sólo el 55% de los hombres ha ejercido esta actividad. 
  • Según la información que brinda la población desplazada, del total de propietarios de las tierras el 65% son hombres y apenas el 25% son mujeres según datos de la Encuesta Nacional de Verificación de los Derechos de la Población Desplazada (2010)
  • Uno de cada tres hogares en Colombia tiene Jefatura Femenina (31%) y según la Encuesta de Calidad de Vida de 2003 alrededor del 56% de los hogares con jefatura femenina son pobres. Esta situación no ha cambiado a lo largo de los años. 
  • Los resultados de calidad de la educación a nivel Mundial PISA, muestran que las adolescentes tienen resultados más bajos que los adolescentes en materias como matemáticas, física y biología. Las investigaciones muestran que es porque los profesores creen que las mujeres no tienen capacidades para  este tipo de materias. Este sesgo machista tiene fuerte impacto en los desarrrollos profesionales de las mujeres. 

En Colombia a pesar de que las mujeres somos más de la mitad de la población la participación política es muy frágil: ocupamos el puesto 90 entre 132 países en participación política femenina. Estamos entre el 30% de los países peor ubicados en igualdad de género en términos de participación política. El informe de ONU afirma: “Las mujeres sólo ocupan el 9,4% de las gobernaciones y el 9,6% de las alcaldías; ellas son el 14,4% en las asambleas departamentales , el 12% en los  concejos municipales, el 13,3% en cámara de  representantes y el 15,7%  en el senado.

Sin embargo, en medio de la guerra, la inequidad y la baja  representación política, las mujeres dan ejemplo de dignidad y resistencia desde la economía del hogar hasta la resistencia política en lugares como  Montes de María , el Salado, la Guajira, el Chocó. Son  víctimas y sobrevivientes, pero al tiempo ejercen como activistas y gestoras de Paz. Tejen y entretejen desde lo cotidiano para convertirse en la reserva ética y política  del país frente a los despojos de los guerreros, la desidia y olvido del Estado, la exclusión y la  violencia.  

Por esa razón este 8 de marzo hago un reconocimiento especial a estas mujeres cuyas organizaciones contribuyen a diario a ser posible la minga por la vida  y efectivos los derechos humanos de sus compañeras: Casa de la Mujer; Ruta Pacífica de la Mujeres; Asociación de mujeres de la Guajira; Asociación de mujeres La Esmeralda de Córdoba; Asociación femenina por la emancipación de Montes de María; Asociación de mujeres rurales; Asociación de mujeres unidas de El Salado, son sólo algunos de los ejemplos de esta lucha cotidiana .

Desde el trabajo que realizamos en las Comisiones de Paz de Congreso tuve la oportunidad de recorrer la  Colombia profunda, esa  que se resiste a la guerra y que trabaja con fe en propuestas concretas frente a la Paz: mujeres de Cundinamarca y  Boyacá que jalonan proyectos colectivos de mercados campesinos; mujeres del Eje Cafetero orgullosas de lograr la primera cédula cafetera en un contexto puramente masculino y mujeres de Córdoba que han convertido su dolor en dignidad.  

De manera muy breve podemos destacar cinco propuestas claves que salieron de este trabajo regional: 1. Reforma agraria con enfoque diferencial y de género 2. Políticas y proyectos agrarios productivos que eviten la migración de mujeres a las grandes ciudades para emplearse en servicios de baja remuneración y  sin garantías laborales 3. Entrega de tierras a mujeres cabeza de familia en procesos de restitución  4. Adjudicación prioritaria de  tierras de  unidades agrícolas familiares, dado que las principales víctimas del conflicto son las viudas que no tienen titulación  5. Programas de atención psicosocial para las mujeres y las familias víctimas del conflicto.

Es urgente construir una gran fuerza femenina que priorice las necesidades, condiciones, intereses e imaginación de las muy diversas mujeres que habitamos este país. El sueño de construir entre todas y de manera creativa estrategias para promover nuestros derechos y el empeño por hacer realidad la igualdad y la justicia, es el llamado en el que he insistido a todas las colombianas y a las mujeres líderes, políticas, economistas, periodistas y las que lideran las organizaciones sociales, populares y comunitarias, sigamos levantando nuestra voz y por supuesto nuestras manos para darle una oportunidad a la Paz, pues tal como bellamente lo presenta Victoria Sendón de León: “Allí donde hay una mujer la existencia es más amable, más lúdica, más fácil, más coherente. Y no por nuestra situación de esclavas, sino de civilizadoras, de pacificadoras, de luchadoras resistentes ante la barbarie”.

 

Por: Ángela Robledo

Representante a la Cámara

Leave a Reply